martes, 11 de agosto de 2009

El punto de encuentro.

El punto de encuentro lo podemos encontrar justo aquí, en nuestro corazón, cuando logramos acallar la mente, nos serenamos y escuchamos a nuestro alrededor...por un instante todo para, y todo fluye, sentimos los sonidos que nos rodean, sin juzgar al tiempo ni al espacio...allí comienza a renacer el punto de encuentro con nosotros mismos.

Todos fuímos hechos para darnos cuenta de nuestro potencial como seres humanos multidimensionales, las posibilidades son infinitas, solo hay que animarse a re-descubrirlas y recordar. Aquí surge un punto de encuentro también, en donde nosotros podemos ayudarlos, ( nos dicen los Maestros al oído)...mediante información, guía espiritual y encuentros.
Tan sencillo como la felicidad misma, como el amor y la paz. Todo esto es posible si viene de la mano de la inocencia, que es la capacidad de estar completamente presente.

Descubramos entonces esa paz y ese amor que hacen posible sostener la luz que existe en tu corazón, la chispa divina que hay en tu alma.

Primero tendremos que abandonar el miedo, la pesadumbre, la negatividad...debemos alejar el querer algo más...precisamente porque el anhelo es un sentimiento de apego. Descubriremos que el apego carece de amor, por lo cual, podemos nombrarlo como amor condicionado. Este tipo de condiciones nos retrasan en el crecimiento interior y nos bajan la energía hasta, en algunos casos, enfermarnos. Una de las formas para comenzar a explorarnos y despojarnos de las influencias negativas que traemos encima, es desfocalizar la atención misma que ponemos es los miedos, negatividades y demás situaciones negativas. Salir de la crítica, el juzgamiento y el dolor para comenzar a re-nacer. Es muy sencillo, solo tienes que quererlo.

Abracemos la magia del ahora!!! Trabajemos sobre nuestro sistema emocional-mental, demos paso a las nuevas herramientas que se nos ofrecen permanentemente para ayudarnos a sanar, a crecer y progresar. El punto de encuentro está siempre presente, abre tu corazón para recibirlo.

Alba.

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