sábado, 19 de septiembre de 2009

A mi padre.


Un ser humano no llega a comprender el significado de la vida, del mundo, de cualquier cosa, hasta que tiene un hijo y lo ama. Y entonces, el universo cambia y nada le vuelve a parecer exactamente igual... Hoy, tras años de ser madre, comprendo las infinitas vueltas que daba mi padre alrededor de la calesita...sin cansarse, saltando y soñando al lado mío. Entiendo su pasión, esa magnificencia en sus ojos cuando me veía bailar...cantar...sentí siempre la misma pasión por el arte...la emoción en cada nota musical, la sensación encantadora que parecía desbordarnos, en cada melodía...en cada paso.
Ahora, las sensaciones son precisas, al mirar una glicina...recordando cuando las regaba con amor y al oler las rosas...y recordar cuantas cultivaste...siempre tuviste el jardín en flor...las tortas listas...las luces brillantes en el patio, las poesías ...la mirada atenta...las mariposas cerca, a Dios en tu corazón.
Cuanto me queda, cuanto. Espiritu y pasión, con el alma en la mano, hoy te canto esta canción.
Tus palabras siguen siendo escuchadas en la momoria de mi espíritu con claridad, como en una galeria con eco. Gracias por la espera para guiarte en el corredor... Y gracias porque tu gracia es mi legado...y el de mis niños.
A todos, disfruten cada día a sus seres queridos, porque la vida es para eso, canten bailen jueguen, diviertanse y amen...si, se que a veces se nos complica...pero saben que pasa, luego extrañamos tanto tanto tanto que nos lamentamos...por lo que no hicimos, no dijimos...no pudimos...AHORA ES EL MOMENTO. AHORA.
En amor y luz, gracias Gabriel.
Alba, tu hija que te mira desde este lado del velo.

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